
La lección cotidiana de baile , de algún estilo , de alguna técnica , no debe tener como fin adquirir un nuevo virtuosismo ni agregar sobre el ya adquirido.No es una gimnasia , es una toma de conciencia.
Conocer su cuerpo , mirarlo por esa visión interior del ojo del cuerpo, saber exactamente por que estoy aquí , por que voy , por que me detengo , por que tal brazo o tal gesto.
Se entra en una sala baile como se entra en un templo , en una mezquita , en una iglesia , en una sinagoga , para encontrarse , relacionarse , comunicarse.
Maurice Bejart
-Cartas a un joven Bailarín-
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